miércoles, 17 de diciembre de 2014

Caída libre.

No pensé que fuera necesario abrirme a nuevas emociones, mis días siempre han sido aburridos y monótonos ¿por qué debería cambiar esto? Es sencillo vivir a mi manera; hago las mismas cosas, siempre pienso igual, hablo con las mismas personas de los mismos temas, no soy como esos individuos que piensan que sus vidas son un juego de feria con esas subidas y bajadas inesperadas, no, yo soy estable.

Eso era lo que pensaba diariamente, pero estos 15 minutos conmigo mismo han hecho de mi una persona diferente. Las sensaciones son cada vez mas intensas y menos creíbles, el cuadro se ha roto totalmente, el círculo se ha deformado, nada será igual de ahora en adelante.

AHORA.

Hubo un despertar dentro de mi, algo que no es posible explicar con palabras extravagantes. Es algo simple, concreto y fácil de asimilar para cualquiera. Sin embargo, el momento llega y no tiene sentido que cambie de forma radical lo que llevo pensando, sintiendo y haciendo todos estos años, aunque... nadie podrá saberlo, deberá ser un secreto, entre tú y yo.

¿Prometes guardar el secreto?

Confío ciegamente en ti.

Debo empezar por algo simple, una acción irrelevante para mi, pero que tenga mucho sentido para mi nuevo yo. Quizás abrir mis ojos sea un buen inicio... Sí, en efecto lo es. Porque no es tan solo abrirlos y mirar a mi alrededor, se trata de percibirlo desde otro punto de vista, uno más alegre, menos devastador. Todo luce diferente, los colores son intensos, las luces cegadoras.

Mis sentidos se han activado por completo, puedo sentirlo todo, verlo todo, saborearlo, escucharlo, olerlo. Nada será igual de ahora en adelante, puedo ser alguien que nunca he sido, alguien que siempre quise ser, pero que siempre tuve miedo de serlo.

Los segundos corren y el tiempo se agota, no creo poder resistirlo por mucho tiempo. Dejaré de pensar y le permitiré a mi cuerpo hacer lo que mejor crea conveniente, debe tener algo planeado; es imposible creer que permita que yo lo controle por completo teniendo tantas funciones increíbles que ni yo mismo conocía. 

Demonios, no esperaba eso, no quería que esto me sucediera justo ahora. Pude verla, estaba ahí sentada en su escritorio como siempre, esperando que como siempre yo llegue para dar los buenos días, quizás preguntar cómo esta ese día, pero nunca para ir más allá porque siempre estoy muy ocupado pensando en mi, mi trabajo y mis problemas. Al menos sabré que ya no es un secreto para nadie, pues al pasar por la ventana del piso 6 y verte ahí sentada esperando, supe que indudablemente t..........


lunes, 15 de diciembre de 2014

SH

Fruta podrida, era eso no podía equivocarme. El hedor putrefacto que rondaba mis alrededores era de alguna fruta que no conseguía adivinar, pero a estas alturas ya no me importaba. Necesitaba salir con urgencia de aquel sitio que no  me dejaba respirar, aire, necesito un poco de aire.

Mirar alrededor con la esperanza de conseguir aquello que buscaba y no obtener resultado alguno solo me hacia mas infeliz. Era injusto hasta para mi, yo no merezco estar en está situación. 

DURAZNO.

En efecto, era durazno, no se me ocurre imaginar a que idiota sin sentido común se le ocurriría la brillante idea de mantener esta irracional cantidad de duraznos en el mismo sitio si no pretendía hacer uso de la misma. Había pensado que esto ya no me preocuparía, no entiendo porque sigo con lo mismo.

Sigo en la búsqueda incansable por una forma de salir de aquí o de por lo menos respirar aire puro, esto es intolerable... incluso para mi. Si lo analizo con detenimiento puedo dilucidar que por donde ingrese ya no puedo salir, de no haber sido por ese cascarrabias esto no habría pasado. No tengo mas opción, tengo que abrirme camino. Solo tengo que dejar de pensar en los duraznos.

Esto no será sencillo, nadie pensó que lo sería, solo estoy yo es obvio que nadie pudo haberlo pensado, solo yo. Perfecto, ya estoy empezando a pensar demasiado y esto hará que enloquezca, me acelere y comience a gritar, pero eso no es lo que queremos, verdad? No, lo que queremos es salir de esto, así que es mejor que comiences a caminar sin mirar atrás; aunque no hay mucho que mirar, ni siquiera logro ver hacia adelante.

Paso, espero, paso, espero, paso, paso, paso, okey... hasta ahora todo va bien, pero sigo sin ver nada, fácilmente estaría entrando a la boca de algún feroz animal sin saberlo, pero desde el punto de vista en el cual lo estoy pensando eso no me preocuparía pues no lo sabría sino hasta el momento de mi muerte que sería trágica y dolorosa. Este no es el mejor momento para pensar en sangre, desgarres, muerte... 

Lo acepto, voy a morir... ¿Por qué no quedarme acá a esperar que llegue el momento? ¿Por que simplemente---

¿Qué fue ese ruido? 

¿Me habrá escuchado alguien? ¿Cómo podrían? Estoy atrapado, no hay nadie acá, solo yo y mis pensamientos.

Es imposible que hubiese alguien adentro ya, igualmente no he hecho ruido, solo dentro de mi. No es posible que escucharan mis pensamientos, no en esta dimensión, no en este tiempo, no en estas circunstancias. Si sigo pensando esas cosas voy a enloquecer, de nuevo.

Otra vez.

El susurrante sonido que atraviesa el lugar es absorbente. Lo bueno, el olor del durazno desapareció, pero ahora lo extraño, prefiero vivir en la putrefacción del durazno que en este susurro que nunca termina.

Este ruido es ensordecedor, no logro entender de dónde proviene... ya he caminado unos cuantos metros y sigo sin conseguirlo. Ya no creo poder regresar, me quedaré acá sentado esperando por el rescate, es todo lo que puedo hacer.

Esperar solo, solo yo y mis pensamientos, yo, mis pensamientos y el silencio.


Menuda imperfección.

A lo largo del tiempo el ser humano se llena la boca diciendo a todo pulmón "Todos comentemos errores, no somos perfectos", pero... ¿Es totalmente cierta esta afirmación? ¿Quién decide si somos o no perfectos? Define: Perfecto.

Perfecto según la RAE, "Que tiene el mayor grado de bondad o excelencia en su línea" o "que posee el grado máximo de una determinada cualidad o defecto". Me intriga un poco la segunda definición singularmente cuando hablamos del grado máximo de un determinado "defecto".

¿Qué quiere decir eso? Esto solo me trae otra interrogante: ¿Qué es defecto? "imperfección en algo o en alguien. Ser perfecto es según la RAE lo mismo a ser imperfecto, pero ¿por qué debemos quedarnos con eso? Repito nuevamente ¿Quién decide si somos o no perfectos?

Tenemos el poder en nuestras manos de decidir si somos perfectos. Eres perfecto en todos los sentidos, eres perfecto en tú forma de caminar, eres perfecto al hablar, eres perfecto al pensar, eres perfecto al moverte, eres perfecto equivocándote, eres perfecto en todo sentido.

Porque son tus imperfecciones las que te hacen perfecto, eres tú, es tu centro.

Somos imperfectamente perfectos y eso no cambiara.

viernes, 20 de enero de 2012

Canuto

No tengo idea de que día es hoy, pero estoy seguro que no ha llegado el fin de semana, sin embargo puedo quedarme otro rato en cama pues estoy de vacaciones. Tengo la sensación de que algo me falta y es en ese preciso instante en el que recuerdo que me robaron el celular la semana pasada entrando a la estación del Metro de la California luego de ir al cine, no me gusto ese día, no me gusto la película, ni con quién salí aquella vez, pero eso es otra historia.

No tengo plan para hoy, creo que es por no tener teléfono, de pronto suena el teléfono de la casa y entra mi abuela al cuarto a decirme que me llaman. No fue magia, fue el destino... Fiesta por el cumpleaños del amigo de un amigo de mi mejor amigo, no me importa el festejado sino el festejo. Me dijeron que esperaban por mí en el Centro Comercial Jardines Plaza en Catia la Mar, me levante, me duche, me coloque lo primero que encontré, recalenté el almuerzo y me fui a la calle sin decir a donde iba. La ventaja de andar sin celular es que no me molestan cuando no llego a casa.

Me conseguí con la novia del amigo del amigo de mi mejor amigo, no la conocía, pero sabía que era la persona más ancha en el Centro Comercial, ella estaba con una amiga que no era fea, pero era extraña. Fui la persona más hipócrita en ese momento hasta que llego mi mejor amigo, la fiesta era en Taguao, sí, Taguao, quede igual que ustedes cuando me lo dijeron, sin embargo no dije nada. La cuestión era camino a Oricao, pero no tan lejos, después de la Planta Eléctrica de Tacoa, por donde queda Picure ¿no saben? Pues tampoco importa.

Después de cuarenta y cinco minutos sentados en el carro del camión, y al decir camión me refiero a la novia del amigo del amigo de mi mejor amigo, llegamos a casa del festejado; en el sitio estaba el amigo de mi mejor amigo que a su vez era el amigo del festejado, creo que eso quedo claro, en un principio me sentí excluido porque no conocía a nadie, pero luego de un escaneo rápido ya sabía con quien hablar. Me distraje conversando hasta que me dijeron -¡Vente! Vamos a volar. No entendí de que hablaba en un principio, me levante y me fui detrás de mi mejor amigo y su amigo, subimos al auto y llegamos a -literalmente- el rancho de un conocido de ellos, la casa tenía un olor peculiar, la verdad no sabría explicar a qué se debía ese olor, pero no le preste mucha atención.

Canuto, el perro, no dejaba de olerme y acercarse a mí para que lo acariciara, sin notarlo estaba en el piso jugando con él hasta que algo llamo mi atención, a mí se acerco alguien de quién no me había percatado estaba en la casa también, un joven de cabellos enrulados y cara muy agradable, parecía estar muy feliz sin motivo ni razón alguna; simplemente llego a mi sonriendo y diciendo -¿Quieres?- no supe de que hablaba hasta que mire su mano, tenía una especie de cilindro de aluminio, de un color rojo metalizado a lo que llamaremos Zeppelín. Al momento de ver aquel artefacto supe que era lo que ocurría y lo que podía pasar si aceptaba acompañarlos. El de cabellos enrulados se acerco, coloco su brazo sobre mis hombros y comenzó a decirme -Si no quieres hacerlo no hay ningún problema, pero si decides intentarlo veras la vida desde otro punto de vista, entenderás porque estamos tan felices; aunque debo decirte que debes estar consciente de que vas a pasarla bien porque si no te sentirás muy mal y no disfrutaras del momento- Luego de decirme esto se dio vuelta y entro en la casa, me quede un rato afuera pensando, al principio dude demasiado, pero no iba a morir por intentarlo así que decidí entrar y descubrir por mí mismo que sucedería si me atrevía a probar aquello.

La casa era extremadamente pequeña, mire el reloj sobre la nevera y daban las 11:14pm; les dije que quería hacerlo y me dieron el Zeppelín y un yesquero, me quede con ambas cosas en las manos esperando algún tipo de instrucción y entonces mi mejor amigo me dijo -Solo ponlo en tu boca, enciéndelo y aspira- no pude evitar reírme luego de eso, pero me detuve cuando note que más nadie reía. Suspire e hice tal cual lo que me indicaron y creo que surtió efecto porque no paraba de toser, sentía que me habían aruñado la garganta, me picaba, ardía, dolía y no paraba de toser. Cuando lo note todos estaban riéndose de mí, no supe porque aun me sentía igual que antes y fue entonces cuando mi mejor amigo dijo -Vamos a Picure y subimos al campo- Todos se emocionaron con la propuesta y decidieron partir en el carro del dueño de la casa, éramos cinco muchachos en un carro camino a un campo, la idea era un poco extraña, llegamos a Picure una pintoresca urbanización de los empleados de la Planta Eléctrica Tacoa, un centenar de casas y en la parte alta algunos edificios, pero las casas predominaban, tenían un club, canchas, era un sitio bastante espacioso. Llegamos al final de la calle y entramos en un camino que no estaba asfaltado, luego de unos 5min de camino llegamos al campo, luego que estuve ahí supe que hablaban de un campo de beisbol.

Al salir del carro alguien me pregunto -¿Ya estás volando?- pero no le preste atención, la verdad aun no sentía nada, me sentía igual que antes; creo que notaron que estaba igual y decidieron hacer una atrocidad la cual llamaron “El Bate” y a decir verdad en comparación con un cigarrillo este era realmente grande, podría decir que tenía el tamaño y el diámetro de mi dedo índice y eso ya es bastante. Alguien en algún momento dijo que la primera vez jamás se siente nada porque estas esperando que suceda algo impresionante y fue entonces cuando deje de pensar en lo que me sucedía y solo intente enfocarme en pasar un buen rato con mis nuevos amiguitos y lo que sucedía a mí alrededor dejo de importarme. Subimos a las gradas y nos sentamos, encendieron el bate y empezamos, cuando llego a mi me dijeron -aspira y reten el humo un rato, luego bótalo lentamente- y eso hice, le di tres patadas, como regularmente haría con un cigarro, con la diferencia de que mantenía el humo más tiempo de lo normal. Luego de tres rondas el bate murió, se empezaron a pelear por el 'chichito' ni siquiera les preste atención, sabía que eso que quedaba no podría fumarlo aunque quisiera.

Fue entonces sentado en las gradas cuando empecé a sentir una ligera aceleración en mi corazón, mi garganta estaba seca sin motivo alguno, comencé a respirar de forma agitada y mi garganta no se sentía igual que antes, no sabría explicar que hacía, pero era una sensación extraña que no había conocido anteriormente; en ese momento apareció mi mejor amigo y volvió a preguntarme -¿Ya estas volando?- y no tuve que responderle, la sonrisa de oreja a oreja en mi rostro lo hizo todo por mí.

Era una noche oscura, pero la luna alumbraba aquel campo de una manera misteriosa; empezamos a reír sin sentido alguno y de pronto sucedió algo que no entendí, lo que ellos relataban que estaban viendo yo también lo veía, podía ver como en el centro de la luna había un ojo que nos miraba incesantemente o como una mano hecha de nubes intentaba tomar a la luna y llevársela dejándonos a oscuras, luego esa mano se transformo en la mano de Wolverine y con sus garras intentaba romper la luna en pedazos cuando de pronto apareció un dragón escupe fuego y deshizo aquella mano maligna y le dio paso a la montaña. Veíamos la montaña con cierta intriga cuando de pronto las nubes tras de ella la convirtieron en un volcán que estaba a punto de hacer erupción, por un momento entramos en pánico y luego alguien no tranquilizo diciendo que no pasaría nada, que todo iba a estar bien.

Todo ese tiempo lo pase en silencio, riéndome sin cesar de todo lo que ocurría, pero sin decir palabra alguna, los muchachos me decían que hablara y así descargaba lo que sentía, pero estaba muy cómodo encerrado en mi mundo disfrutando de todo lo que ellos hacían y decían como para salir de ahí. De pronto vi como una luciérnaga volaba hacia mí y en el afán de esquivarla me moví hacia la derecha y alguien, no sé quién, hizo un sonido como un camión y de pronto yo era un camión 350 de color verde en una autopista a toda velocidad, de fondo podía escuchar ese sonido que hacen los camiones cuando pasas a otro vehículo; lo único que sabía era que yo me inclinaba de izquierda a derecha esquivando los vehículos que creía se acercaban a mí, cuando salí de mi ilusión me dio un ataque de risa incontrolable, sentía que todo iba en cámara lenta y sin sonido alguno, comencé a golpear las gradas con mis manos y movía mis pies, no podía parar de reír, sentía mi cuerpo demasiado ligero y muy lento, por un momento cerré los ojos y cuando los abrí nuevamente estaba en el carro camino a casa.

Llegamos otra vez a la casa y volví a acariciar a Canuto hasta que dijeron que volveríamos a la fiesta, pensé que había pasado demasiado tiempo como para ir a la fiesta nuevamente, llegue a pensar que había terminado la celebración y que tan solo llegaríamos a dormir, debido a mi intriga por saber la hora pues creía que estaba a punto de amanecer entre a ver el reloj que estaba sobre la nevera y mi sorpresa fue increíble cuando al ver el reloj me di cuenta de que tan solo eran las 1:49am.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Encuentro III

Empecé a caminar por donde aquella chica me había dicho que debía ir al principio sentí que estaba perdido, pero luego me di cuenta de que lo que había anotado en mi celular concordaba con las calles y establecimientos por los que pasaba, debía cruzar a la derecha luego de pasar por la pastelería y eso hice. Camine unas siete cuadras hasta llegar al supermercado justo ahí me detuve estaba muy cansado, me parecía que había caminado varios kilómetros, lo cierto era que el sol inclemente no me ayudaba.

Decidí entrar al supermercado a comprar un litro de agua, estaba sediento. El sitio era bastante amplio, más de lo que habría imaginado viéndolo tan solo desde afuera. Camine por los pasillos hasta que conseguí el área de líquidos, tome lo que necesitaba y me dirigía a la caja a cancelar cuando se me acerco una ancianita, algo encorvada, con el cabello muy blanco, tenía los ojos claros y una sonrisa adorable. Me pregunto si trabajaba en el establecimiento, le dije que no, pero igual sentí que era mi deber ayudarla y le pregunte que necesitaba; pensé que solo serian un par de cosas hasta que saco una lista de compras por hacer que tenia cierto parecido con el grosor de uno de los libros más grandes de cualquier biblioteca pública.

Creo que la expresión en mi cara no fue de agrado pues me dijo que si tenía algo más importante que hacer podía irme, que ella podría valerse sola o en el peor de los casos conseguir a alguien más que la ayudara. Lo pensé muy bien y decidí ayudarla, tome en cuenta que ya sabía a dónde debía ir y para ser sinceros el taller de pintura no se iba a mover de lugar si ayudaba a la señora. Empezamos a hacer las compras intente llevar el control de la lista para hacer las compras más rápido, pero la señora, quien dijo se llamaba Rosario, no era tan indefensa como parecía, me decía que del apuro solo queda el cansancio y que me relajara un poco. Que me notaba algo tenso desde la primera vez que me vio. Pensé que hablaba del momento en que me vio en el supermercado, pero no era así. Rosario era la anciana que había visto al llegar a este lugar, a la que pretendí pedir indicaciones y desapareció.

Tenía razón, yo era una persona muy tensa no me quedaba tranquilo hasta terminar de hacer lo que había empezado. Mientras hacíamos las compras hablamos de muchas cosas, me conto sobre su infancia y de lo feliz que la hicieron sus padres, de sus hijas, de sus nietos y hasta bisnietos; había calculado que tendría como unos 78 años, pero no me dijo que tenía más, pero “Las mujeres no revelamos nuestra edad” me dijo entre risas. Sentía que Rosario a pesar de parecer una anciana feliz necesitaba algo o más bien de alguien por lo que fui un poco indiscreto y le pregunte porque hacía sus compras sin compañía si tenía a tantas personas que la querían.

La expresión en su rostro cambio por completo, sentí en ese instante que había tocado lo intocable por lo que intente cambiar de tema rápidamente. Ella no logro olvidar la pregunta y me dio a entender que así como ella hizo su vida y se alejo de sus padres y abuelos para lograr lo que quería y hacer que su vida valiera la pena para ella debía hacer lo mismo con sus hijos y nietos. “No nacemos atados unos a otros, cada quien es libre de escoger el camino que crea mejor para uno mismo y aunque duela debemos aceptarlo”. En un principio me pareció egoísta por parte de su familia, pero ella misma parecía haber tomado esa idea como la correcta y ha aprendido a vivir con ella.

Sin darnos cuenta ya habíamos terminado las compras y nos encontrábamos cancelando, yo olvide por completo que había ido a comprar agua. Al salir del supermercado llame un taxi para que ella pudiera irse a su casa, se despidió de mi muy tiernamente, subió al vehículo y al verme por la ventanilla me acerco una botella de agua, nos sonreímos por un instante y se marcho. Vi la botella de agua en mis manos y sentía que era el mejor regalo que me habían dado en toda mi vida. Di una mirada a mí alrededor y saque mi celular para recordar por donde debía seguir. Esperando llegar pronto al taller, debido a que ya estaba anocheciendo y no tenía otro sitio a donde ir.

lunes, 25 de abril de 2011

Encuentro II

... Me tomo más de un minuto darme cuenta de que lo que miraba no era una persona, de hecho tuve que acercarme todo lo que estuvo a mi alcance para darme cuenta de que solo estaba mirando un cuadro, sí, era un cuadro lo que estaba observando desde lejos, pero parecía tan real que me deslumbro por completo. Intente buscar al vendedor de tan bello cuadro, pero parecía no estar. Asumí que debía haber un vendedor puesto habían varias pinturas en el lugar, ninguna tenia firma, cosa que me pareció extraña.

Decidí entonces sentarme en un banco no muy alejado de las pinturas y esperar que llegase el vendedor, me interese demasiado por esa pintura que me ilumino a lo lejos; no fue hasta entonces que me di cuenta que estaba en un parque. Cuando observe a mi alrededor pude notar que no estaba tan solo como creía, habían niños jugando en un campo con una pelota roja, el color del balón llamo mi atención y me atrapo por un momento en su brillante tono, hasta que escuche una voz que me dijo “¿desea algo?”. Gire el rostro un poco atónito y me encontré con una cara que se me hacia un poco familiar, me levante y me acerque al hombre preguntándole por la pintura que me había interesado. De sus labios salió un repugnante olor que hizo que mi cara se arrugara un poco y luego de eso dijo la cantidad que me pareció un poco exorbitante para ser un pintor nada reconocido.

Quizás no fue el precio lo que me sorprendió, sino recordar que en mi billetera solo tenía 50bs. Aquel hombre noto en mi un interés muy peculiar en la pintura y me pregunto ¿por qué me interesaba tanto? No supe que responderle, pues ni yo mismo sabia porque quería aquella pieza de arte. Trate de alejarme de aquel sitio para olvidar lo mucho que me gustaba el cuadro, intente distraerme viendo a los niños jugar, pero para cuando voltee a verlos ya no estaban, en cambio había una pareja sentada teniendo una especie de picnic lo cual me pareció sumamente romántico y poco imaginativo.

Trate de no pensar, tratar de olvidar la pintura, pero el recuerdo de aquella mirada volvía a mí. Justo cuando pensaba marcharme de aquel pintoresco parque me retracte y regrese al sitio donde estaba aquel señor con las pinturas, para mi sorpresa aquel hombre ya no estaba, pero presiento que él sabía que volvería porque dejo una nota que decía “Me di cuenta del interés que tienes por mi pintura y si tanto te interesa puedes venir a mi taller. Quizás yo pueda serte de mucha ayuda.” En la parte de atrás de la nota estaba la dirección del taller de arte.

Salí del parque un poco agitado, no sabía qué hacer. Intente organizar mis ideas; no sabía dónde estaba, no sabía cómo llegar al taller de arte y tampoco tenía mucho dinero para trasladarme en taxi. Camine unas cuadras hasta ver un establecimiento abierto, parecía ser domingo, todo estaba cerrado. Entre a una panadería, pensé que me encontraría con unos portugueses, pero no fue así, en cambia habían un montón de chinos en la barra atendiendo a las personas, mi cara creo que no fue muy agradable ya que note varias miradas punzo penetrantes. Fui a donde estaba la cajera y le dije –Disculpe, podría decirme donde estoy- La mujer me vio un poco extrañada y me respondió -¿Estás perdido?- Para no entrar en detalles solo asentí con la cabeza.

Luego de una larga explicación entendí que había recorrido mucho más de lo que había pensado, la mujer trato de explicarme donde estaba y que debía hacer para llegar al taller de arte, tome nota de todo lo que me dijo en el celular, pues no tenia como recordar todos los detalles que ella me decía y la dirección tampoco era muy fácil de recordar. Salí de aquel sitio muy agradecido con aquella muchacha quien para mi suerte no era china.

Continuara...

domingo, 24 de octubre de 2010

Solo hablo de mi...

“Parido, gritado y bien pujado” son las palabras usadas por Aura Crespo, mi madre, para definir mi nacimiento. Nací el 31 de Octubre de 1988, en el Seguro Social del estado Vargas en horas de la mañana, mi abuela, Aura de Crespo; se ha cansado de repetirme continuamente que cuando nací “era blanco como la leche y con el cabello amarillito como el sol, pero que con el pasar del tiempo me he puesto negro como mi padre”.

Los recuerdos más libidos que tengo de mi infancia son cuando mi mamá nos daba de correazos a mi hermana Samantha y a mí por alguna travesura cometida durante la ausencia de nuestra señora madre. Mi abuela se ha encargado de criar a cuanto nieto llegó a su casa, entre ellos a mí, único varón de la familia, después de mi abuelo, José Crespo. Con esfuerzo y mucha paciencia fui criado, desde un principio siempre me fueron inculcando aquellas cosas que creyeron necesarias para mi buen comportamiento, pero en casos especiales nada que “Pedro Moreno” no pudiera solucionar. Rodeado de 6 tías pase mi infancia, la adolescencia y hasta el sol de hoy ellas siguen siendo pieza fundamental en mi vida y como en toda familia normal, los gritos y las peleas son el pan de cada día, sin embargo somos una familia feliz y prospera que se caracteriza por ayudarse entre sí para solventar cuanto inconveniente se nos presenta, pero de igual manera me esfuerzo por no hacer caso a esas cosas que podrían arruinar los momentos mágicos y por eso vivo regalándole sonrisas al mundo.

Hoy en día con casi 22 años de edad, estudiante de Comunicación Social en la Universidad Santa María. Con todas mis materias en bloque 'Milagro de Dios', no trabajo, no lavo ni presto la batea, soy adicto al twitter, pero de la peor manera que te puedas imaginar, solo podrías saberlos si me das “follow”, sin embargo soy feliz y vivo contento aunque siempre ando con cara de serio, pero ustedes ya saben cómo murió “serio” así que no entremos en detalles. Estoy seguro de que todo sucede por alguna razón, somos como somos gracias a nuestro pasado y es por él que lograremos grandes cosas en nuestro futuro.

Debo confesar que ser yo no es nada fácil, sin embargo hago lo mejor que puedo para que quien me rodea pueda decir “Gracias por estar aquí”. Por eso cada día que pasa me esfuerzo más por mantener las amistades encontradas pues son un regalo divino con el que siempre podrías contar tanto en las buenas como en las malas. Y es por las experiencias vividas que muchas cosas se aprenden por lo que debería decir que no debemos arrepentirnos de nada, ni de los errores cometidos ni por los que pienso cometer.