lunes, 25 de abril de 2011

Encuentro II

... Me tomo más de un minuto darme cuenta de que lo que miraba no era una persona, de hecho tuve que acercarme todo lo que estuvo a mi alcance para darme cuenta de que solo estaba mirando un cuadro, sí, era un cuadro lo que estaba observando desde lejos, pero parecía tan real que me deslumbro por completo. Intente buscar al vendedor de tan bello cuadro, pero parecía no estar. Asumí que debía haber un vendedor puesto habían varias pinturas en el lugar, ninguna tenia firma, cosa que me pareció extraña.

Decidí entonces sentarme en un banco no muy alejado de las pinturas y esperar que llegase el vendedor, me interese demasiado por esa pintura que me ilumino a lo lejos; no fue hasta entonces que me di cuenta que estaba en un parque. Cuando observe a mi alrededor pude notar que no estaba tan solo como creía, habían niños jugando en un campo con una pelota roja, el color del balón llamo mi atención y me atrapo por un momento en su brillante tono, hasta que escuche una voz que me dijo “¿desea algo?”. Gire el rostro un poco atónito y me encontré con una cara que se me hacia un poco familiar, me levante y me acerque al hombre preguntándole por la pintura que me había interesado. De sus labios salió un repugnante olor que hizo que mi cara se arrugara un poco y luego de eso dijo la cantidad que me pareció un poco exorbitante para ser un pintor nada reconocido.

Quizás no fue el precio lo que me sorprendió, sino recordar que en mi billetera solo tenía 50bs. Aquel hombre noto en mi un interés muy peculiar en la pintura y me pregunto ¿por qué me interesaba tanto? No supe que responderle, pues ni yo mismo sabia porque quería aquella pieza de arte. Trate de alejarme de aquel sitio para olvidar lo mucho que me gustaba el cuadro, intente distraerme viendo a los niños jugar, pero para cuando voltee a verlos ya no estaban, en cambio había una pareja sentada teniendo una especie de picnic lo cual me pareció sumamente romántico y poco imaginativo.

Trate de no pensar, tratar de olvidar la pintura, pero el recuerdo de aquella mirada volvía a mí. Justo cuando pensaba marcharme de aquel pintoresco parque me retracte y regrese al sitio donde estaba aquel señor con las pinturas, para mi sorpresa aquel hombre ya no estaba, pero presiento que él sabía que volvería porque dejo una nota que decía “Me di cuenta del interés que tienes por mi pintura y si tanto te interesa puedes venir a mi taller. Quizás yo pueda serte de mucha ayuda.” En la parte de atrás de la nota estaba la dirección del taller de arte.

Salí del parque un poco agitado, no sabía qué hacer. Intente organizar mis ideas; no sabía dónde estaba, no sabía cómo llegar al taller de arte y tampoco tenía mucho dinero para trasladarme en taxi. Camine unas cuadras hasta ver un establecimiento abierto, parecía ser domingo, todo estaba cerrado. Entre a una panadería, pensé que me encontraría con unos portugueses, pero no fue así, en cambia habían un montón de chinos en la barra atendiendo a las personas, mi cara creo que no fue muy agradable ya que note varias miradas punzo penetrantes. Fui a donde estaba la cajera y le dije –Disculpe, podría decirme donde estoy- La mujer me vio un poco extrañada y me respondió -¿Estás perdido?- Para no entrar en detalles solo asentí con la cabeza.

Luego de una larga explicación entendí que había recorrido mucho más de lo que había pensado, la mujer trato de explicarme donde estaba y que debía hacer para llegar al taller de arte, tome nota de todo lo que me dijo en el celular, pues no tenia como recordar todos los detalles que ella me decía y la dirección tampoco era muy fácil de recordar. Salí de aquel sitio muy agradecido con aquella muchacha quien para mi suerte no era china.

Continuara...

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